La seiyuu y cantante Shoko Nakagawa reveló recientemente a Yomiuri Shimbun una triste historia de su pasado. Por si no la conoces, es famosa por hacer varias poses de JoJo en sus conciertos, llegando incluso a fracturarse la espalda por realizar uno de ellos.
Una vez fue transferida a una escuela secundaria sólo para niñas, sufrió mucho acoso en esta escuela por ser una otaku, por dibujar personajes y juegos manga.
La intimidación hizo que sus amigos la abandonaran (probablemente por temor a la intimidación también por asociación). «No quería ir a la escuela, pero no quería admitir que me intimidaban, así que nunca hablé de ello por vergüenza», dice, «lo pasé mal cuando iba a la escuela, así que solía vomitar en el baño, cuando eso ocurría podía oír voces que decían: «Vaya, está vomitando otra vez….»».
Ella contó un caso en el que una vez que le robaron los zapatos cuando estaba en tercer grado, cuando le contaba a una maestra lo que había sucedido y sobre la intimidación, la maestra le dio un par de zapatos nuevos, ¡pero al día siguiente la maestra empezó a cobrarle por sus zapatos!
Según ella, esto la hizo no confiar en los adultos, lo que la hizo quedarse en casa y no ir a las ceremonias de graduación.
Shoko también dice que planeó su suicidio, pero no lo hizo. Añadió que a pesar de ser odiada por ello, era capaz de pasar los días satisfaciendo sus intereses otákus. Shoko-tan aconsejó a los lectores que hicieran lo mismo si se encontraban en una situación similar.
Shoko Nakagawa publicó recientemente un libro sobre el tema titulado «Shinun Janezo! Ijimerareteteiru Kimi wa Zettai Warukunai»(Don’t Die!) Queridas víctimas del acoso: ¡no eres una mala persona en absoluto!)